La reciente ola de despidos en la industria de los videojuegos ha reavivado la atención sobre la postura ética del ex consejero delegado de Nintendo, Satoru Iwata, quien se destacó por su negativa a despedir personal incluso en momentos difíciles.
Iwata, quien presidió Nintendo desde 2002 hasta su fallecimiento en 2015, supervisó el éxito de la Nintendo DS y la Wii. Sin embargo, su gestión también incluyó la controvertida era de la Wii U, considerada un revés para la compañía. Tras este episodio, Iwata redujo su propio sueldo en un 50%, mientras que otros ejecutivos aceptaron una disminución del 20%.
En 2013, al explicar la decisión, Iwata afirmó: "Si reducimos el número de empleados para obtener mejores resultados financieros a corto plazo, la moral de los empleados disminuirá. Sinceramente, dudo que los empleados que temen ser despedidos sean capaces de desarrollar títulos de software que puedan impresionar a personas de todo el mundo."
El enfoque de Iwata en el valor a largo plazo de sus empleados y la contribución única que ofrecen a la empresa ha resonado recientemente entre los aficionados a los videojuegos. Mientras otras compañías optan por recortes para mitigar problemas financieros temporales, la ética de Iwata destaca la importancia de mantener la moral de los empleados para lograr el éxito sostenido.
En medio de la incertidumbre económica en el sector, la perspectiva de Iwata ofrece una lección perdurable sobre cómo la inversión en el bienestar de los empleados puede traducirse en resultados positivos a largo plazo para una empresa. La decisión de Iwata no solo resuena como un acto valiente en un momento difícil, sino como un recordatorio de los valores fundamentales que pueden impulsar el éxito empresarial sostenible.
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